“En comercialización echo en falta una regulación más estricta a la hora de dedicarte a este negocio”

Economista, MBA, doctor en psicología económica… Vicenç Hernández es director general de Tecnotramit y Treshabitat, y además responsable de la dirección estratégica y de negocio de la empresa. De su profesión, de su vida, del arte de saber gestionar una empresa, y de un sector con tantos flujos e idas y venidas, conversamos con él en esta entrevista.
¿Cuándo usted estudiaba había soñado en ser director general de una empresa como ahora?
Cuando estudias empresariales y luego economía, sí tienes un poco ese anhelo, esa ambición, lo que pasa es que empecé a dedicarme al mundo de la banca, y aspirar a ser director general de un banco es muy complicado. Pones los pies en el suelo, decides ir poco a poco, e ir aprendiendo y evolucionando. Y después la vida te lleva donde te lleva.
¿Cuál ha sido la experiencia profesional más rica de su vida laboral?
He tenido experiencias muy buenas, sobre todo vinculadas a ciertas personas. He estado 14-15 años en banca, gestionando grandes patrimonios y asesorando en inversiones a clientes. He tenido muy buenos jefes de los que he aprendido muchísimo, a nivel comercial, relacional, estratégico, y también malos jefes de los que he aprendido lo que no se debe hacer al gestionar personas. Aunque en el corto plazo puede haber experiencias negativas, siempre intento hacer una lectura positiva; y con los años he aprendido, no sé si más, pero mucho de las negativas.
14 años en el sector bancario…, ¿Cómo se pasa al inmobiliario?
Al final son primos hermanos. Aunque yo estaba más ligado a una parte de mercados financieros, los clientes pedían alguna operación financiera para financiar una inversión inmobiliaria, y luego, casualidades de la vida, una persona me dijo, “oye, la empresa está creciendo, tengo que poner un poquito de orden y necesito una persona con conocimientos en gestión y empresa para dar este salto”. Y así dejé la banca y me vine a la empresa privada donde tenemos una importante carga dentro del sector inmobiliario.
Habrá diferencias y similitudes entre ambos sectores
Al final son dos mercados que se parecen porque son foco de atención de la gente, donde destinan mucho dinero. En el inmobiliario hay un carácter más personal; en cambio cuando invertimos en bolsa es una pura inversión. Mi bagaje en la banca me ha servido de mucho cuando los clientes en el ámbito inmobiliario quieren hacer inversiones; y cometen los mismos errores que cuando se invierte en mercados financieros.
¿Cómo aplica su doctorado en psicología económica a la dirección de una empresa?
Dentro de la dirección de personas hay una fuerte carga de psicología organizacional. Tratas con mucha gente y a veces haces más de hermano mayor o de padre que de jefe. Debes gestionar personas, equipos multidisciplinares con culturas diferentes, y tienes que saber a mover las piezas de esas personas y sus egos. Me suelen preguntar, ¿cómo de difícil es gestionar tantas personas? El problema no es gestionar personas; todos tenemos los mismos anhelos: ser felices. El gran problema es gestionar egos, y eso es lo que a veces interfiere en el buen hacer de la empresa. Como director general intento que todos puedan ir avanzando, que nadie se moleste, y lógicamente ahí hay una carga de psicología importante.
Es profesor en varias universidades, ¿qué le aporta la docencia?
Entré por casualidad en el mundo de la educación gracias a un muy buen amigo mío. Me dijo, necesito a alguien que dé clases a personal del Banco de Sabadell para una asignatura de inversión en renta fija. Me fue muy bien y me gustó mucho, soy muy curioso a nivel intelectual, requisito imprescindible para dedicarte a la docencia, y me fui metiendo, y ha sido mi alter ego profesional durante los últimos 16 años.
Como economista inmobiliario, ¿Qué es lo mejor y lo peor de este trabajo?
Los economistas hemos sufrido, por culpa nuestra, un poco de descrédito, quizás porque hemos querido a veces entrar a la palestra haciendo predicciones, cuando los economistas no servimos para hacer predicciones. Como mucho hacemos previsiones. Pero cuando hemos querido ir de gurús, pues lógicamente muchas veces ha salido mal, y a nivel reputacional hemos perdido bastante criterio. En mi caso, a la hora de entrar en un mercado como el inmobiliario donde hay muchas decisiones que se toman por impulso, pues la compra de un inmueble tiene una carga emocional altísima, tu aportas una visión mucho más numérica donde das más importancia a un plan de negocio, y eso tiene una contraprestación bastante fuerte con aquel inmobiliario más de raza que a veces intenta convencer al cliente de una inversión solo atacando al factor emocional.
¿Qué debilidades y fortalezas tienen los profesionales inmobiliarios?
Seguramente cuando haces la pregunta hablas más de los comerciales y agentes de la propiedad inmobiliaria. Creo que hay un acceso demasiado fácil a esta profesión, pues yo que estoy metido en alguna asociación del sector, siempre he defendido que no puede ser tan fácil ser agente de la propiedad inmobiliaria. No basta con pagar una cuota, un seguro y ya está. Necesitas unos conocimientos y requisitos, algo que en los mercados financieros sí que se ha hecho. Es necesario poner solución porque cualquier persona que no tiene trabajo se pone a vender pisos, y esto genera un riesgo muy importante al consumidor, a nivel de asesoramiento y conocimiento de lo que está haciendo, pues es una inversión muy importante.
Lógicamente tenemos un sector de la consultoría muy fuerte en España. Grandes operaciones inmobiliarias de aquí se realizan gracias al buen asesoramiento que están teniendo por parte de consultores, tenemos arquitectos fantásticos, promotores muy profesionalizados que han aprendido mucho de la crisis. Tenemos un sector a nivel profesional bastante heterogéneo, pero en la parte de comercialización, echo en falta una regulación mucho más estricta a la hora de dedicarte a este negocio.
¿Este intrusismo puede ser una de las causas del boom inmobiliario del pasado?
Esto es consecuencia de muchos pequeños factores. A nivel financiero hubo una época en que se comercializaron muchos productos y el propio asesor no sabía las raíces de todo aquello y asesoraba a un cliente muchas veces sin saber. Se vendían fondos de renta fija y el propio asesor decía «cómo se llama renta fija, eso no tiene riesgo» y luego se ha demostrado que tiene muchísimo riesgo.
En el sector inmobiliario pasó un poco lo mismo. Se juntaron muchas cosas: sed por parte de las entidades financieras de financiar este tipo de operaciones que son muy lucrativas y generan mucha adhesión y mucha fidelización por parte del cliente, un entorno económico propicio, un mercado laboral que permitía ese optimismo y seguramente un porcentaje de profesionales que asesoraban a su libre albedrío, y como todo iba bien, nunca pasaba nada, hasta que un día hay una crisis.
Ha comentado que los economistas no hacen predicciones, pero sí previsiones, ¿Cuáles nos puede adelantar?
El mercado de alquiler, sobre todo en las grandes ciudades, va a tener un crecimiento más moderado, pero va a seguir creciendo. Los precios actuales están muy cerca de lo que la situación económica puede sostener, porque al final la gente joven no quiere comprar. Esto va más allá de lo económico, es un problema social y demográfico, con lo cual es complicado saber qué va a pasar. Es necesaria alguna cierta regulación. No soy muy dado a que los organismos públicos regulen, mejor dicho, no soy dado a que intervengan, pero deben regular, no intervenir, y creo que lo que se está haciendo con la nueva ley de alquiler, limitar el precio de los alquileres, no es acertado.
Entonces ¿no es buena la nueva ley de alquiler?, ¿qué se debería hacer?
Es complejo. Yo creo que el sector público debe intentar impedir que se llegue hasta donde se ha llegado. Lo que no se puede hacer es limitar el precio al que tú tienes que cobrar el alquiler, pues, teniendo en cuenta que tienen un riesgo jurídico de impago, un precio de un alquiler que a lo mejor no satisface unas cuotas de rentabilidad mínimamente decentes para las expectativas que tiene cada uno, habrá propietarios que digan: «no alquilo». Y por lo tanto ese parque de viviendas vacías corre el riesgo de aumentar.
¿La solución pasa por dar más facilidades para que se fomente el alquiler?
Por un tema de sentido común, en vez de decir «si tú tienes un inmueble y lo tienes sin actividad, lo tienes desocupado, te voy a penalizar», de debe fomentar el alquiler del inmueble, con incentivos fiscales, facilidades si hay riesgo de impago… pero vamos al castigo, «promotor, tienes que construir el 30% de los pisos de una promoción tienen que ser de carácter social».
Los promotores no están de acuerdo ni la mayoría de los que estamos en el sector. Es un problema fundamentalmente de oferta, desde el punto de vista del sector público se obliga a una serie de cosas cuando el problema ya está. Lo importante es que el problema no se genere, y tanto con la ley del alquiler como decisiones que se están tomando, sobre todo en Barcelona, veo difícil que haya una pronta recuperación.
¿Compramos, alquilamos, qué hacemos?¿qué retos tiene el mercado inmobiliario?
Primero, solucionar los grandes problemas que hay de oferta. Se habla mucho de la escasez de suelo, que es verdad, y eso implica que cuando hay suelo disponible los promotores se lanzan a comprar y se produce una especie de subasta, a ver quién paga el precio más caro. Eso hace que luego, cuando construyan pisos, van a repercutir esa subida del precio de un solar más alto a unos inmuebles más caros. Y otro problema cómo gestionar la rotación y la rehabilitación de casas para adaptarlas a las nuevas necesidades de los usuarios jóvenes que ya no necesitan pisos de 120 m2.
La situación en España va a tender a un decremento de la creación de hogares jóvenes y a una disolución de hogares por mortalidad. Y esto genera el reto de gestionarlo y, sobre todo, tratar el tema de la rehabilitación. Y falta mano de obra, además de una subida del precio de algunos materiales básicos de la construcción. Otros retos son qué va a pasar con los tipos de interés, porque si suben, la financiación para comprar inmuebles se va a encarecer. Y las personas que se está planteando comprar un inmueble para invertir, si los tipos de interés son más altos, pueden encontrar una alternativa a su inversión, a colocar su dinero a unas tasas mucho más competitivas, y esto puede hacer que muchos dejen de invertir en el mercado inmobiliario.
Pero alguna buena noticia habrá…
Últimamente ha habido varios fondos institucionales que están apostando por esta alternativa y, por lo tanto, lo que van a aportar, sobre todo, es mucha profesionalización y eficiencia en la gestión. Desde el punto de vista social, generar un gran parque de vivienda pública, pero esto no se soluciona diciendo al promotor cómo lo tiene que hacer, sino con una colaboración público-privada para crear este parque de viviendas de alquiler.
Además de director, es responsable de dirección estratégica y de negocio, ¿Cómo se desarrolla esto en el ámbito inmobiliario?
La estrategia es diferente porque son dos compañías diferentes. En Tecnotramit trabajamos sobre todo con un cliente tipo empresa y en Treshabitat con el cliente retail. Desde mi llegada en 2012 he reorganizado la empresa. Este sector está cambiando muchísimo, el ámbito en el que nosotros estamos es dando servicio a estos grandes tenedores de inmuebles. Los pisos antes eran de las entidades financieras, que luego crearon los servicers, éstos han paquetizado y han vendido estos paquetes de inmueble a otros fondos de inversión, y nosotros hemos cambiado nuestro plan estratégico en función de cómo cambia el mercado.
De 8 clientes hemos pasado a 34, por una atomización de nuestro cliente principal y porque hemos hecho un plan comercial bastante agresivo para intentar llegar al máximo público posible. Hemos reestructurado la compañía a nivel interno, dando oportunidades a gente joven, creando una web mínimamente atractiva, apareciendo en medios, etc., Y también la inversión en tecnología que hoy es uno de los puntos básicos de nuestro plan estratégico.
En esta inversión en tecnología que cita, ¿aplicáis el big data a la automatización de datos?
Ahora no, pero forma parte de un segundo estadio estructural. Por nuestra casa pasan muchísimos datos, y hasta ahora nunca los hemos aprovechado, y lógicamente sí tenemos en mente ver qué hacemos con todos ellos, ya no solo por un tema de beneficio lucrativo, sino de poder crear una división de servicio de estudios para aportar toda esa estadística y conocimiento de esos datos que pasan por nuestras manos.
Aunque tenemos un departamento propio de sistemas que funciona muy bien, hemos querido dar un paso adelante y hemos hecho un partnership con una empresa tecnológica. Ya están trabajando en varios proyectos a nivel inmobiliario y abordaremos el tema del big data, si todo va bien a principios del año que viene.
Para finalizar, ¿cuál es el mejor consejo que ha recibido y el que ha dado?
En esta vida hay que tener ambición, constancia y humildad, y he intentado siempre regir mi carrera profesional por estos tres valores. Y después una frase que me dijo una vez un jefe: «En esta vida hay puertas que no se pueden abrir», pues no intentes abrirlas porque te van a general más de un problema. ¿Consejos? Siempre le digo a la gente y sobre todo a nuestro equipo directivo, en el que hay gente muy joven, que deben ser ambiciosos, no tener miedo a ello; la ambición si es sana es muy buena, y en esta vida quien no está dispuesto a trabajar y a luchar, difícilmente va a poder lograr sus propósitos.
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